domingo, 31 de agosto de 2014

José García "El Algabeño"

El 21 de Septiembre de 1871 nació en La Algaba, pueblo sevillano que desde entonces divulgó su existencia, José García y Rodríguez, después conocido por el «Algabeño».



Según algunos, el joven Garcia era, en principio, conductor de un carro que diariamente iba a Sevilla cargado de paja, mientras otros aseguran que el muchacho de la Algaba abandonó la carrera de veterinario por sus afanes de torear.
Lo cierto es que, en una fiesta de su pueblo, Pepe García mató un novillo y que esto le decidió a dedicarse
enteramente al toreo.
Luchó lo indecible, hasta que el 9 de Diciembre de 1894 vio realizarse su ilusión de vestirse el traje de luces para torear en Sevilla. Aquella tarde le acompañaban Carrillo y el «Boticario» para, despachar una novillada de Miura.
José García "El algabeño"
El debutante se mostró poco hábil con la capa y la muleta, aunque suplió con su valor la falta de conocimientos, pero destacó extraordinariamente a la hora de matar. Sus dos toros murieron de sendas estocadas. Y, como resultado del buen éxito, actuó el domingo siguiente. Integraban el cartel seis novillos del Marqués de los Castellones y los espadas «Parrao», «Cerrajillas» y el «Algabeño», quien cumplió su cometido saliendo a estocada por toro.
Crece la fama del novel estoqueador y, en plenas Navidades, le dan toros en Sevilla, más el día 30 también,
siempre de triunfo en triunfo.

Antonio Fuentes, Luis Mazzantini, José García "El Algabeño"  y Emilio Torres "El Bombita"
El 9 de Mayo de 1895 se presenta el Algabeño en Madrid y mata cada uno de sus toros de una sola estocada.

Con la misma brillantez y seguridad de mano recorre las plazas de provincias, sumando en aquel año más de treinta corridas, cifra que, en un novillero de entonces, era algo sublime.
Al final de la temporada, el 22 de Septiembre, se doctoraba el Algabeño en Madrid. Le dio la alternativa
el «señó» Fernando el «Gallo» y se jugaron toros del duque. El recipiendario mató al primer toro de una estocada en lo alto y un descabezo al sexto golpe. Y al último, de una estocada un poco desprendida, instantánea, consumando la suerte el matador de un modo que entusiasmó a las multitudes.



Estoqueador de excepcionales condiciones, los públicos se disputaron al «Algabeño», que toreó como figura
todo lo que quiso, alcanzando la cima en las temporadas de 1901 y 1902.

Antonio Fuentes y El Algabeño
En el año de 1912 José García, no viendo con buenos ojos el rumbo que llevaba el toreo, decidió, cortarse la coleta. Y se fue de los toros sin reclamo ni tonterías. Como un hombre formal.
De su vida taurina queda, el recuerdo de aquellas estocadas memorables y el del éxito mayor de José García, que fue, sin duda, el que obtuvo en Barcelona cuando un poderoso Miura mató al primer «Dominguín». El de la Algaba se dominó ante la tragedia y mató maravillosamente los seis toros de Miura .
Fue aquél un triunfo definitivo, enorme,clamoroso.

El «Algabeño» aportó al toreo el pase llamado del «Celeste Imperio» y el de pecho con la derecha.

Al marcharse de los toros el «Algabeño», se recluyó en su pueblo, consagrando todos sus afanes a explotar
su finca «La Estrella», cuya extensión excede de 30.000 pies y que está dedicada al cultivo del olivo.

Portada de su finca "La Estrella"
Labrador tenaz, hombre acomodado, que vio aumentadas sus riquezas con las prosperidades de la agricultura, no sintió el egoísmo, sino que, además, ha contribuido mucho a la mejora de la Algaba, que le debe la construcción de escuelas, la reparación del templo parroquial y otros beneficios.

Algabeño en su despacho

Y en su retiro continúo D. José García y Rodríguez, tripartita en sus amores, que repartió por igual entre
el campo, el pueblo y la familia. 


Escena Cotidiana


Aquí algunas escenas en algunas catedrales del toreo de José García "El Algabeño".









El apodo del «Algabeño», nacido de su condición de hijo de la Algaba, hizo fortuna, la que parecía deducirse de la buena fama de José y de sus condiciones de gran estoqueador.
Cuando Rafael el «Gallo» comenzaba a torear, formó pareja con un tal Manuel Molina, que se hacía llamar el «Algabeño».
Después, ha habido cientos ««Algabeños» como habitantes tiene la Algaba, aunque no conocieran el pueblo sevillano ni en pintura.

El que más hizo por el apodo, después del auténtico, fue Pedro Carranza, torero valiente y muy buen estoqueador.

Pedro Carranza Algabeño II

Pero la verdadera autenticidad del apodo recayó en el hijo de José García, llamado así también, «Algabeño» por los cuatro costados, que quiso ser torero contra la voluntad de su padre y que lo fue, efectivamente.
El «Algabeño» hijo, dejó los toros por la política y no se volvió a saber de él como torero, pues fue herido de muerte en 1937. 

José García Rodriguez falleció en 1947.


Jesús Campos


5 comentarios:

  1. El torero falangista murió en 1936,la Historia lo deja muy malparado por su crueldad y matonerîa

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  2. Muchos alagos veo yo a alguien que es un genocida comprobado.

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    Respuestas
    1. Hay que distinguir entre el padre y el hijo, creo que a quien usted se refiere es al hijo. No pertenece a este artículo.

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