viernes, 5 de septiembre de 2014

Sucesos en La Algaba I (De Curas va la cosa)

29 de Marzo de 1920

En la iglesia del cercano pueblo de La Algaba ocurrió el viernes último un suceso extraordinario y que estuvo a punto de acarrear graves consecuencias.
El sacerdote, D. Antonio del Río García, se hallaba predicando desde el púlpito, y había elegido como tema de su sermón el séptimo mandamiento.
Se lamentaba el padre de almas de que muchos de sus feligreses no cumplían ese precepto con todo el celo que fuese de desear, y que, por el contrario, se dedicasen francamente al robo y al hurto, yendo a Sevilla a cometer fechorías, con desdoro de buen nombre del pueblo de La Algaba.
Para llevar al ánimo de sus oyentes el convencimiento, citó el buen sacerdote testimonios muy elocuentes, y se apoyó en diversos y sagrados ejemplos.
Cuando el sacerdote parecía más satisfecho del resultado de su elocuencia, un muchacho de unos doce años de edad, llamado José García Calvo increpó violentamente al orador por sus palabras.
El Sr. Del Río se quedó atónito ante el hecho inusitado, pero del asombro pasó a la cólera, y violento e iracundo abandonó el púlpito, se acercó al muchacho y le propinó una buena paliza, como castigo a su interrupción.
Pero los fieles no aprobaron, ni mucho menos, la actitud del sacerdote,sino que, por el contrario, les produjo
una gran indignación, hasta el punto de que, exacerbados los ánimos, se intentó linchar al cura, cosa que no fue realizada por la oportuna intervención de la Guardia Civil, que protegió al sacerdote y le fue dando escolta hasta su casa.
En Sevilla, el .suceso es objeto de comentarios muy sabrosos.


7 de Febrero de 1925

En el inmediato pueblo de La Algaba ha habido un motín contra el cura párroco, que goza de pocas simpatías entre el vecindario. El motín lo ha motivado el hallarse en la sacristía una mujer que suponían los vecinos en estrecha amistad con el párroco. La citada mujer tuvo que escapar por la ventana mientras los amotinados, dando gritos hacían sonar cencerros ante las puertas da la iglesia.
El escándalo y los comentarios del suceso han adquirido proporciones para todos los gustos.


Curas de la época



Jesús Campos


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