domingo, 31 de agosto de 2014

José García "El Algabeño"

El 21 de Septiembre de 1871 nació en La Algaba, pueblo sevillano que desde entonces divulgó su existencia, José García y Rodríguez, después conocido por el «Algabeño».



Según algunos, el joven Garcia era, en principio, conductor de un carro que diariamente iba a Sevilla cargado de paja, mientras otros aseguran que el muchacho de la Algaba abandonó la carrera de veterinario por sus afanes de torear.
Lo cierto es que, en una fiesta de su pueblo, Pepe García mató un novillo y que esto le decidió a dedicarse
enteramente al toreo.
Luchó lo indecible, hasta que el 9 de Diciembre de 1894 vio realizarse su ilusión de vestirse el traje de luces para torear en Sevilla. Aquella tarde le acompañaban Carrillo y el «Boticario» para, despachar una novillada de Miura.
José García "El algabeño"
El debutante se mostró poco hábil con la capa y la muleta, aunque suplió con su valor la falta de conocimientos, pero destacó extraordinariamente a la hora de matar. Sus dos toros murieron de sendas estocadas. Y, como resultado del buen éxito, actuó el domingo siguiente. Integraban el cartel seis novillos del Marqués de los Castellones y los espadas «Parrao», «Cerrajillas» y el «Algabeño», quien cumplió su cometido saliendo a estocada por toro.
Crece la fama del novel estoqueador y, en plenas Navidades, le dan toros en Sevilla, más el día 30 también,
siempre de triunfo en triunfo.

Antonio Fuentes, Luis Mazzantini, José García "El Algabeño"  y Emilio Torres "El Bombita"
El 9 de Mayo de 1895 se presenta el Algabeño en Madrid y mata cada uno de sus toros de una sola estocada.

Con la misma brillantez y seguridad de mano recorre las plazas de provincias, sumando en aquel año más de treinta corridas, cifra que, en un novillero de entonces, era algo sublime.
Al final de la temporada, el 22 de Septiembre, se doctoraba el Algabeño en Madrid. Le dio la alternativa
el «señó» Fernando el «Gallo» y se jugaron toros del duque. El recipiendario mató al primer toro de una estocada en lo alto y un descabezo al sexto golpe. Y al último, de una estocada un poco desprendida, instantánea, consumando la suerte el matador de un modo que entusiasmó a las multitudes.



Estoqueador de excepcionales condiciones, los públicos se disputaron al «Algabeño», que toreó como figura
todo lo que quiso, alcanzando la cima en las temporadas de 1901 y 1902.

Antonio Fuentes y El Algabeño
En el año de 1912 José García, no viendo con buenos ojos el rumbo que llevaba el toreo, decidió, cortarse la coleta. Y se fue de los toros sin reclamo ni tonterías. Como un hombre formal.
De su vida taurina queda, el recuerdo de aquellas estocadas memorables y el del éxito mayor de José García, que fue, sin duda, el que obtuvo en Barcelona cuando un poderoso Miura mató al primer «Dominguín». El de la Algaba se dominó ante la tragedia y mató maravillosamente los seis toros de Miura .
Fue aquél un triunfo definitivo, enorme,clamoroso.

El «Algabeño» aportó al toreo el pase llamado del «Celeste Imperio» y el de pecho con la derecha.

Al marcharse de los toros el «Algabeño», se recluyó en su pueblo, consagrando todos sus afanes a explotar
su finca «La Estrella», cuya extensión excede de 30.000 pies y que está dedicada al cultivo del olivo.

Portada de su finca "La Estrella"
Labrador tenaz, hombre acomodado, que vio aumentadas sus riquezas con las prosperidades de la agricultura, no sintió el egoísmo, sino que, además, ha contribuido mucho a la mejora de la Algaba, que le debe la construcción de escuelas, la reparación del templo parroquial y otros beneficios.

Algabeño en su despacho

Y en su retiro continúo D. José García y Rodríguez, tripartita en sus amores, que repartió por igual entre
el campo, el pueblo y la familia. 


Escena Cotidiana


Aquí algunas escenas en algunas catedrales del toreo de José García "El Algabeño".









El apodo del «Algabeño», nacido de su condición de hijo de la Algaba, hizo fortuna, la que parecía deducirse de la buena fama de José y de sus condiciones de gran estoqueador.
Cuando Rafael el «Gallo» comenzaba a torear, formó pareja con un tal Manuel Molina, que se hacía llamar el «Algabeño».
Después, ha habido cientos ««Algabeños» como habitantes tiene la Algaba, aunque no conocieran el pueblo sevillano ni en pintura.

El que más hizo por el apodo, después del auténtico, fue Pedro Carranza, torero valiente y muy buen estoqueador.

Pedro Carranza Algabeño II

Pero la verdadera autenticidad del apodo recayó en el hijo de José García, llamado así también, «Algabeño» por los cuatro costados, que quiso ser torero contra la voluntad de su padre y que lo fue, efectivamente.
El «Algabeño» hijo, dejó los toros por la política y no se volvió a saber de él como torero, pues fue herido de muerte en 1937. 

José García Rodriguez falleció en 1947.


Jesús Campos


domingo, 24 de agosto de 2014

La Última carta de Federico

Esta es la última carta que Federico García Lorca envió a su novio Juan Ramirez de Lucas; impregnada del olor que había dejado una flor del jazmín de la Huerta de San Vicente, oculto entre los folios de la misiva.

Datada el 18 de julio de 1936 en Granada, la misiva salió en el correo antes de que se interrumpieran las comunicaciones acausa de la guerra. Lorca la escribió el día de San Federico, una fecha señalada para su familia, acostumbrada, como en casi toda Andalucía, a festejar los santos más que los cumpleaños. 

Carta Original de Federico a Juan

Los tres folios, escritos a mano, con palabras subrayadas y alguna tachadura, llegaron a su destino cuatro días después, antes de que se cortaran las comunicaciones entre la zona republicana y la nacional. Ese mismo día se conocía el alzamiento franquista, la sublevación militar no tardaría en convertirse en guerra civil. 
Albacete quedaba bajo el mando republicano y Granada en poder de los nacionales, lo que agravó la situación de García Lorca.
“En tu carta hay cosas que no debes, que no puedes pensar. Tú vales mucho y tienes que tener tu recompensa. Piensa en lo que puedas hacer y comunícamelo enseguida para ayudarte en lo que sea, pero obra con gran cautela. Estoy muy preocupado pero como te conozco sé que vencerás todas las dificultades porque te sobra energía, gracia y alegría, como decimos los flamencos, para parar un tren”




La pareja se conoció en el convulso Madrid republicano, donde mantuvieron su idilio de espaldas a sus familias, una de ideas muy conservadoras y otra socialista pero con sentimientos cercanos en cuanto a la homosexualidad. Culto y muy atractivo, Ramírez de Lucas soñaba con ser actor y Lorca prometió llevarlo por los teatros del mundo. Locamente enamorados decidieron escapar juntos a México. La situación de Lorca en Madrid, convertido ya en un autor de éxito en medio mundo y una de las figuras más odiadas por los grupos violentos de derechas, se hacía más peligrosa por momentos. El poeta había cumplido 38 años pero a su amante le faltaban dos para alcanzar la mayoría de edad.
 Sus amigos le advirtieron del peligro que corría, pero el poeta no quería viajar solo. Seguramente Lorca tenía los contactos necesarios para que pudieran salir de España con papeles falsificados pero se negó a hacerlo, y aunque la complicidad era mutua necesitaban la aprobación del padre del muchachoRamírez de Lucas debía convencer a su familia para marcharse juntos pero las cosas no estaban saliendo bien: “Yo pienso mucho en ti y esto lo sabes tú sin necesidad de decírtelo pero con silencio y entre líneas tú debes leer todo el cariño que te tengo y toda la ternura que almacena mi corazón”
El mensaje de Lorca incidía en que Juan Ramírez de Lucas debía ser fuerte y tratar de convencer a sus padres para que respetaran sus ideas.

“Conmigo cuentas siempre. Yo soy tu mejor amigo y te pido que seas político y no dejes que el río te lleve. Juan: es preciso que vuelvas a reír. A mí me han pasado también cosas gordas, por no decir terribles, y las he toreado con gracia”.


La pareja se despidió, el mes de julio de 1936, en la estación de Atocha. Ramírez de Lucas, que apenas contaba 19 años, iba camino de Albacete, buscando el permiso de su padre, un reputado médico albaceteño (la mayoría de edad era a los 21) para poder marcharse a América con el poeta. Lorca subió al tren rumbo a Granada para despedirse de sus padres antes de partir para México.

Federico García Lorca y Juan Ramírez a los 18 años de edad

La carta pasó a formar parte de los recuerdos que guardaba Juan Ramírez junto a otros documentos del poeta. Entre ellos el poema que le dedicó cuando ambos viajaban hacia Córdoba. Según los testimonios reflejados en su diario, Lorca lo escribió sobre la marcha, en el único papel que llevaban encima, un recibo de la Academia Orad, situada en el número 3 de la madrileña Carrera de San Jerónimo, donde estudiaba Ramírez de Lucas. Se trata del pago del mes de mayo de 1935, por valor de 10 pesetas.


Aquel rubio de Albacete
vino, madre, y me miró.
¡No lo puedo mirar yo!
Aquel rubio de los trigos
hijo de la verde aurora,
alto, sólo y sin amigos
pisó mi calle a deshora.
La noche se tiñe y dora
de un delicado fulgor
¡No lo puedo mirar yo!
Aquel lindo de cintura
sentí galan sin...
sembró por mi noche obscura
su amarillo jazminero
tanto me quiere y le quiero
que mis ojos se llevó.
¡No lo puedo mirar yo!
Aquel joven de la Mancha
vino, madre, y me miró.
¡No lo puedo mirar yo!


Juan Ramírez de Lucas proyectaba publicar los dibujos que conservaba de su relación sentimental con Federico García Lorca como complemento de un poema suyo, pero falleció antes de llevarlo a cabo. 

Juan Ramírez de Lucas


Juan Ramírez de Lucas (Albacete, 1917-Madrid, 2010), periodista y crítico de arte, no quiso llevarse a la tumba su secreto. Guardó silencio durante más de 70 años, con todos los recuerdos (dibujos, cartas, un poema, su diario…) de su tragedia sentimental ocultos en una caja de madera. Sin embargo, antes de fallecer, entregó a una de sus hermanas su legado para que se hiciera público. Pese al férreo silencio que mantuvo en vida, apoyado por los propios amigos de la pareja que respetaron su intimidad, Ramírez de Lucas no quiso que la memoria de su gran amor de juventud, el poeta Federico García Lorca, se perdiera para siempre.

Su delicada salud pudo más que el peso de los recuerdos que le habían acompañado durante casi setenta años. La última carta del poeta, la poesía y sus cuadernos de notas podían resultar altamente comprometedores, pero el uso de los dibujos no tenía por qué resultar chocante, en un profesional que vivió entregado al mundo del arte.
Conoció a Picasso y a Dalí y tenía una buena relación con César Manrique, Antonio López y Miró. Para el autor de Doña Rosita la soltera, el dibujo constituía una forma íntima de comunicarse. Con la misma pluma con la que derramaba versos, completaba su visión dramática, una metáfora, un estado de ánimo o un símbolo. Para un creador tan versátil, capaz de componer o de interpretar al piano algo que acababa de escuchar, el dibujo era un complemento artístico




Dibujo que realizó Federico a Juan

El valor documental de estos folios, junto con el poema, los dibujos y los cuadernos, en los que Ramírez de Lucas cuenta sus recuerdos sobre la relación de ambos, deberá ser determinado por los historiadores pero para eso hace falta que los herederos den el visto bueno a la publicación.


Jesús Campos





sábado, 23 de agosto de 2014

El día que aterrizó un avión en La Algaba

LA VUELTA AÉREA A ESPAÑA

Sevilla, 27 de Junio de 1935.

Esta mañana comenzó la IV Vuelta a España por aviones militares.




Este año se hace por escuadrillas de seis aparatos. En.la base aérea se montaron los servicios de control y aprovisionamiento, dirigidos por el jefe accidental de la misma, capitán Bustamante. Por medio de carteles se hicieron en el campo las indicaciones de los lugares en que habían de estacionarse los aparatos de cada escuadrilla.
Frente a la torre de mando se colocó un lienzo rojo, que señalaba el lugar ocupado por el Jurado, cuyo comisariado lo formaban los capitanes Bustamante, Garrido y Benzo. Actuaron de comisario cronometrador el capitán Carmona Ray, y de comisario de abastecimiento, el capitán Soler.
A presenciar la llegada de las escuadrillas acudió a la base aérea el comandante militar de la plaza, general López Biota, acompañado de su ayudante.

A las 13,45 de la tarde, procedente de la base de Los Alcázares, llegó la escuadrilla de Logroño que manda el capitán señor Cano, integrada por seis aparatos.

Después, A las 13,59, lo hizo la de León, compuesta de cinco aviones, pues uno de los aparatos había sido descalificado en Los Alcázares por pinchar un neumático. Mandaba esta escuadrilla el capitán señor Jiménez Ugarte.

La escuadrilla de Sevilla, que dirige el capitám señor Haya, tomó tierra a las 14,31, integrándola también cinco aeroplanos, ya que uno fué descalificado en Los Alcázares por haberse adelantado a tomar
tierra al faltarle gasolina.

Por último aterrizó la de Getafe, que manda el capitán señor Tournet, y que sólo la componían tres aviones, pues los otros tres habían sido uno descalificado aunque llegó hasta Sevilla, porque era el que llevaba la estación de radio; otro tuvo que aterrizar en Málaga, y el tercero lo hizo en las cercanías de La Algaba, por falta de gasolina.


La citada escuadrilla no pudo salir de la base de Tablada, ya que, según el reglamento, se exige como mínimo cuatro aparatos para poder continuar la prueba.
Por disposición de la Jefatura de Aviación se han enviado los auxilios necesarios al avión que tuvo que tomar tierra en La Algaba.

Los Algabeños que vieron el avión, no olvidarán jamás ese día.


Jesús Campos


viernes, 22 de agosto de 2014

Últimos instantes de Federico

Federico García Lorca es uno de los mejores poetas que ha dado el Siglo XX, y me dignaría hasta a decir que es uno de los mayores escritores que ha visto y que verá la humanidad, sin desmejorar a otros muchos que existieron o que aún no han nacido.

A mi modo de entender la vida en el preciso momento en el que escribo estas líneas, el autor de Bodas de Sangre fue cruel e injustamente asesinado, por tener una orientación sexual diferente,  (que más da si amaba a personas de su mismo sexo, personas al fin y al cabo). 

Federico García Lorca


A continuación, los últimos instantes del escritor granadino.

El poeta, se encontraba en la cumbre de su fama. La obra Bodas de Sangre se estaba traduciendo al francés y estaba a punto de publicarse Poeta en Nueva York. Margarita Xirgu lo había invitado a México pero sin embargo Lorca también tenía la idea de regresar a Madrid para estrenar Doña Rosita la soltera
Garcia Lorca y Margarita Xirgu

Sin embargo, en el otro bando solo importaba su fama de rojo y de homosexual. La situación en Granada se volvía insostenible. Su cuñado, el alcalde socialista de la ciudad, Fernández Montesinos, fue arrestado el 20 de julio en el Ayuntamiento y fusilado el 16 de agosto, dos días antes del asesinato de su cuñado Lorca.
Manuel Fernández Montesinos

Durante un registro en la Huerta de San Vicente, en busca de uno de los empleados de la familia, el padre del poeta fue golpeado brutalmente por efectivos de la Guardia Civil. Ante el peligro evidente y la posibilidad de que el poeta fuera el siguiente, Lorca se esconde en casa de la familia Rosales, cuyos hijos, y en especial Luis, eran íntimos del autor de Yerma. El poeta no quiso que Luis Rosales y Pepinique Rosales lo pasasen en su propio coche al bando republicano, como habían hecho con otros amenazados de la época. 
Fue detenido el 16 de agosto, tras ser denunciado por Ramón Luis Alonso, exdiputado de la CEDA, que odiaba tanto a Garcia Lorca como a la familia Rosales por no querer admitirlo en la Falange de Granada. Ruiz Alonso contó que el teniente coronel Velasco de la Guardia Civil le leyó la orden de detención del poeta granadino, entonces refugiado en la casa de los Rosales; y que le ordenó detenerlo en la casa de un jefe de Falange como era Miguel Rosales.
(Me presentaron a Federico, quien me estrechó la mano efusivamente. Estaba un poco nervioso y me preguntó: '¿Cree usted que me sucederá algo?'. Y yo le contesté: 'He sido elegido especialmente para ser responsable de que llegue ileso al Gobierno y allí se quedará con Rosales, su mejor amigo. No necesita más garantías'. Entonces le pedí a Miguel que me acompañara al Gobierno».)
Queipo de Llano, gobernador militar de Andalucía Occidental,  llamó al comandante Valdés desde Sevilla, dando el domicilio donde estaba Federico García Lorca, pero sin saber que era la casa de los falangistas Rosales. Queipo de Llano fue informado telefónicamente del arresto que se acababa de llevar a cabo. “¡Que le den café!” fue su respuesta. 
La madrugada del 18 de agosto de 1936 era fusilado “por rojo y por maricón” en Víznar, un pueblo cercano a Granada.
Queipo de Llano
Aún hoy no se sabe con exactitud, donde se halla la fosa común en la que fue enterrado junto con los banderilleros  Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.

jueves, 14 de agosto de 2014

Misterios en torno a la figura de Cervantes III

Isabel de Saavedra (Madrid 1584-1652)

Hija natural de Miguel de Cervantes Saavedra, nacida en Madrid en 1584 y fallecida en su ciudad natal en 1652. Fruto de los amores adúlteros entre el escritor alcalaíno y la tabernera madrileña Ana Franca de Rojas, está considerada por la crítica cervantina contemporánea como la única descendiente del autor del Quijote, quien no tuvo hijos en su matrimonio con la toledana Catalina Salazar y Palacios.

Sobre ella hay cincuenta documentos legales, tres obras dramáticas y un par de artículos de poca dimensión. Hasta el momento no existe ningún esbozo completo sobre su perfil. 

En septiembre de 1584 nació en Madrid, Isabel, en el seno del matrimonio formado por el antiguo comerciante asturiano Alonso Rodríguez y su mujer Ana Franca de Rojas, que a la sazón regentaban una populosa taberna en la calle de Tudescos, concurrida por dramaturgos, comediantes, directores de compañías y, en general, gentes relacionadas con el mundillo teatral. Uno de los parroquianos habituales de dicha taberna era Miguel de Cervantes, quien, al parecer, pronto entabló relaciones amorosas con Ana Franca, lo que dio lugar a que ésta se convirtiera en la madre de su único vástago conocido. 
(Se cree sin documentación en la existencia de "Promontorio, hijo de Sirena, querida de Cervantes".)

No se dispone de la partida de bautismo ni de la de nacimiento, pero se calcula que Isabel cumplía 14 años cuando murió Ana de Villafranca (enterrada en la Iglesia parroquial de San Martín). En 1599 la hija de Cervantes declara que era mayor "de 12 y menor de 25 años," y en el proceso de la muerte de Gaspar de 
Ezpeleta sostiene "tener 20 años". El 22 de noviembre de 1613, Luis de Molina presenta a Isabel como "fiadora, mayor de 25 años" y  y en el proceso de Inquisición contra María Bautista, Isabel figura con 40 años.

Tres meses después del alumbramiento de Isabel, Cervantes ya estaba casado en la localidad toledana de Esquivias con su esposa Catalina, con una repentina urgencia que tal vez sea indicio de su necesidad de alejarse con presteza de los ambientes que frecuentaba en Madrid (posiblemente, a causa de los rumores que empezarían a llegar a oídos de Alonso Rodríguez, el supuesto padre de la recién nacida).

Sea como fuere, lo cierto es que el tabernero de la calle Tudescos murió como padre de Isabel y de su hermana mayor (nacida de su unión con Ana Franca, poco antes de las relaciones adúlteras de ésta); y que, poco tiempo después -concretamente, el 12 de mayo de 1585-, perdió la vida también la joven madre de ambas, Ana. En su testamento, Ana Franca de Rojas encomendaba la custodia de sus hijas a un procurador madrileño que, el día 9 de agosto de 1599, se convirtió legalmente en el tutor de las dos hermanas huérfanas. 

Pero la sorpresa entre los estudiosos cervantistas surge cuando los documentos demuestran que, sólo dos días después (es decir, el 11 de agosto de 1599), una hermana de Miguel de Cervantes, Magdalena, reclamó para su servicio a la joven Isabel -a la sazón, quinceañera-, al tiempo que se comprometía a darle alojamiento y manutención durante al menos dos años; a hacer labor, a coser, darla de comer, beber, cama, camisa lavada, y hacerle buen tratamiento ; y a abonarle en concepto de salario por su trabajo la cantidad de veinte ducados. 

Es palpable que el oficio de Cervantes como comisario del Rey Prudente para la Armada Invencible no le permitió ocuparse de la formación de su única hija. El escritor obtuvo ayuda en su desempeño a lo largo de su vida de cinco mujeres. (Éstas fueron: Isabel, su hija; Catalina. su esposa; Andrea. su hermana con su hija Constanza Ovando y Figueroa; y Magdalena, su otra hermana.)

La sorpresa se intensifica aún más cuando en el acta notarial que dio fe de esta extraña contratación se descubre que la joven Isabel, aunque queda inscrita como hija del mencionado Alonso Rodríguez, aparece citada como "Isabel de Saavedra", y tenida por descendiente del licenciado Juan de Cervantes (abuelo de Miguel y Magdalena). Al parecer, el escritor se sirvió de este rodeo legal para reconocer su paternidad y vincular a la joven a su auténtico linaje familiar; posteriormente, después de haber vivido con ella (y con casi todas las mujeres de su familia) en Valladolid, Cervantes regresó a Madrid y se trajo consigo a su hija natural, a la que otorgó legalmente el apellido de Saavedra. Una buena prueba de esta paternidad que, durante muchos años, mantuvo oculta el escritor complutense es la constatación de que Isabel, aunque había sido contratada en calidad de servidora por Magdalena, jamás desempeñó tal papel en el complejo núcleo familiar de los Cervantes, donde recibió siempre por parte de Magdalena el afecto destinado habitualmente a una sobrina, y mantuvo espléndidas relaciones con su prima Constanza (hija de Andrea, otra hermana de Miguel).

Prosiguen las adversidades y enigmas. El 6 de junio de 1605 Isabel de Ayala testifica, en el proceso de la muerte de Gaspar de Ezpeleta, que la hija del autor del Quijote  recibía las visitas masculinas "dia y noche"de  Simón Méndez. El juez señaló su detención, sufriendo el mismo destino que el licenciado Juan de Cervantes, su bisabuelo; Rodrigo de Cervantes, su abuelo; y Miguel de Cervantes su padre.
Pero a falta de pruebas fehacientes se la eximió bajo condiciones humillantes.

De nuevo en la Corte, la hija de Miguel de Cervantes (que, según su propia declaración en algún documento de la época, era analfabeta) contrajo nupcias alrededor del año 1606 con Diego Sanz del Águila, de quien tuvo al año siguiente una hija bautizada como Isabel Sanz del Águila y Cervantes.(fruto de las relaciones extra-matrimoniales de su hija con Juan de Urbina,un hombre casado que ejercía como secretario del duque de Saboya, y al que al parecer habían conocido los Cervantes durante su residencia en Valladolid.).

En 1608, la repentina muerte de su esposo dejó a Isabel de Saavedra viuda, pero no del todo desamparada, pues  la "protección" de este Urbina llegó a tal extremo que abrió en Madrid una casa para alojar en ella a Isabel, vivienda alquilada a nombre de uno de los criados del secretario del duque y ubicada, casualmente, en la calle de la Montera, al lado de la residencia que ocupaba, en la calle de Jardines, el propio Urbina.

El 8 de septiembre de 1608, (a los pocos meses de haber enviudado),el licenciado Francisco Ramos desposó a Molina con Isabel por mandamiento y en la que los testigos fueron Cervantes y su esposa Catalina. En el contrato matrimonial se afirmaba que Isabel aportaba al matrimonio diez mil ducados, suma imposible de conseguir por su padre, quien, un año antes, se había visto obligado a pedir al librero Robles un adelanto de cuatrocientos cincuenta reales. 
Parece innecesario añadir que la dote de Isabel de Saavedra procedía de la "desinteresada" generosidad del citado Juan de Urbina, quien, a pesar de sus dispendios, sabía velar por su hacienda: la casa de la calle Montera pasaba ahora a ser propiedad de la pequeña Isabel Sanz del Águila, aunque su madre podía seguir conservando el usufructo en tanto no muriese la niña, ya que, si esto ocurría, el heredero de la vivienda sería Miguel de Cervantes. 

El 17 de noviembre de 1608 Isabel de Cervantes concede un poder a su tía Magdalena, para poder cobrar la herencia de su madre después de 23 años. 

Cuando, en 1609, falleció la pequeña nieta del escritor, se descubrió una cláusula secreta por vía de la cual la propiedad regresaba a manos de Urbina.
(Con respecto a Isabel Sanz, nieta de Miguel de Cervantes, cabe señalar que no está a disposición su partida de bautismo, que seguramente sería de mucha utilidad). 

Para Cervantes, Urbina e Isabel representaban la misma relación que había entre él y Ana de VilIafranca.

La disputa surgida en este punto acerca de esta casa de la calle de la Montera supuso el distanciamiento definitivo entre Miguel de Cervantes y su hija Isabel. 
El 27 de marzo de 1610, Juan de Urbina reclamó sus derechos sobre la vivienda, cuando parecía que Isabel de Saavedra había sido autorizada para el usufructo durante toda su vida. 

Miguel de Cervantes -quien, según el falso contrato firmado para ocultar la presencia de Urbina en todo este embrollo, quedaba como legítimo propietario de la casa- se vio obligado a cumplir lo pactado por debajo de los documentos legales y renunció a sus derechos en favor del secretario del duque de Saboya, con la única condición de las rentas obtenidas por el alquiler de la vivienda fueran destinadas a obras de caridad. Esta decisión de su padre provocó las iras de Isabel de Saavedra, quien, a pesar de todo, siguió manteniendo complejas relaciones de negocios con Juan de Urbina, en las que también estaba implicado su marido, Luis de Molina. 

En 1614, el secretario del duque llegó a ser encarcelado por los pleitos interpuestos contra él por Isabel y su esposo, con lo que el peregrino triángulo quedó deshecho para siempre. En la cárcel Urbina pasó 236 días e, saliendo de ella casi acabado económicamente.
Urbina trató de hipotecar las aparentes pertenencias, concediendo el 3 de junio de 1619 un poder a dos procuradores "para que puedan proseguir, fenecer y acabar el pleito".
A finales de enero de 1622, Urbina, por los problemas financieros que mantiene volvió a luchar por dicha casa, perdiendo el fastidioso proceso.

Luis de Molina murió en Madrid en 1632, después de haber dictado un testamento en el que, con fecha del 25 de diciembre de 1631, dejaba explícito que había consumido y gastado gran parte de la dote de su esposa, quien le sobrevivió por espacio de veinte años.

 Impresiona, ciertamente, la riqueza de Isabel de Cervantes que afirma que tuvo dinero, al menos, en algunas etapas de su vida. Así pues, el 5 de diciembre de 1608 Isabel entrega a su marido unos 14.753 reales en bienes, joyas, vestidos y ajuar de casa, entre los cuales hay 6 retratos dorados de los santos; Andrés, Enofre, Francisco, Juan, de la Virgen, y de Nuestra Señora del Carmen, los que permiten comprobar que la hija de Cervantes era practicante de la religión católica.
También usufructuaba: "un espejo, 114 anas de tapices, una sortija de un rubí, 2 sortijas de diamantes, un manteo francés de raso carmesí con 5 pasamanos de oro, unas manillas de oro, un hábito de Alcántara de oro, una sortija de oro de un topacio y una gargantilla de oro".

No obstante, es de observar que los 6 libros de diferentes historias de Isabel son pruebas que sabía leer. Pero de sorpresa, en 1605 Isabel era incapaz de escribir en el caso de Ezpeleta. Primero "firmó [juramento] de su nombre  y luego dijo que no sabía firmar y no firmó," y en seguida en 1608 firma el contrato de matrimonio. 
Tampoco cabe duda que las 3 cucharas de plata, son las mismas, por las cuales Cervantes fue premiado por su glosa en primer lugar por el convento de Santo Domingo de Zaragoza a celebrar las fiestas de la canonización de San Jacinto. De mayor relevancia es '"un jubón de raso blanco de la China. Quizás es una casualidad, pero no es de excluir que fue el regalo del Emperador de China, quien quería fundar un colegio,
donde el Quijote se leyese en lengua castellana, así como que Miguel pudiera ser el rector de tal colegio. Todo esto indica que Isabel poseía algunas cosas de valor.
Cabe notar que la hija de Cervantes no sólo tenía dinero sino que lo prestaba. Pero cómo y dónde se lo ganaba, se ignora. Además, parece que tenía las características de un buen comerciante como Leonor de Cortinas, su abuela. 
El 30 de abril de 1643 Fernando Ortiz, y Clara Gómez de Villaseñor se obligan a pagar a Isabel 2.200 reales que les había prestado (Pérez Pastor, 2: 326-28), y el 14 de julio de 1648 Isabel da en arrendamiento a Pablo Vicencio Feliciano, una casa que tiene en la calle de San Luis, por tiempo de 2 años y "al fin del dicho tiempo ha de dejar dicha casa desocupada y bien tratada y entregarme las llaves que yo le entrego ahora que son las de todas las puertas". Ahora bien, si hay que creer que Isabel era negociante, es posible que lo aprendiera de su padre, pues éste, según su hermana Andrea, dedicaba sus horas a "tratar negocios"
por su buena habilidad.
Otro criterio de interés resultan ser los testimonios. El primer testamento de Isabel de Cervantes (el 4 de junio de 1631), es un verdadero tesoro de información.
Allí se demuestra sin rodeos que Isabel era la hija de Miguel y Ana Franca de Rojas, y esposa de Luis de Molina a quien obsequia 200 ducados y un poder para que pueda cobrar para sí cualquier cantidad. A pesar de ello, se descubre que Isabel devuelve a su tío fray Juan de Villafranca y Mojica, de la orden de Nuestra Señora de la Merced, 400 reales por los gastos en un pleito que tuvo con un tío de Luis de Molina.
Pero también se revela que Isabel de Cervantes tuvo muchos problemas con su marido, pues al regalar a su hermana Ana de Rojas 3.000 reales, dice que si su esposo está contra ello, que "no goce ni le haya dar los 200 ducados y demás bienes que le manda". También manda a su esclava García que "no quede en poder de Luis de Molina, y que se la libre, ya que ella dijo que si sigue en poder de Molina, tiene que hacer algún mal recaudo".

El segundo testamento de la hija de Cervantes (el 19 de septiembre de 1652), informa que Isabel es hermana profesa de la Tercera Orden de San Francisco, y que manda cobrar 500 escudos que le debe a su tío, Rodrigo de Cervantes, alférez. A sus dos criadas ofrece 50 reales a cada una, y a Bárbula, lavandera, 24 reales. En cuanto a una casa en San Luis, donde vive el criado del Rey Felipe II, comunica que gastó 600 ducados en "hacer una cueva y otros muchos reparos, y requiere que se le devuelva dinero." 

Finalmente, Isabel murió "el 20 de septiembre de 1652 en la calle de la Sartén. 





Misterios en torno a la figura de Cervantes II

El descubrimiento de José Cabello
La figura de Cervantes está llena de misterios; es ahora cuando se ha descubierto en La Puebla de Cazalla y en el Archivo de Indias de Sevilla cuatro documentos relacionados con Cervantes que hasta ahora no habían sido estudiados, uno de ellos con un autógrafo del autor del Quijote, y que ofrecen nuevos datos sobre su vida en la ciudad de Sevilla.
Documento con autógrafo de Cervantes

El archivero de La Puebla de Cazalla, José Cabello ha explicado que encontró el primero de estos manuscritos en el archivo municipal de esta localidad sevillana, y que se trata de un convenio entre el Ayuntamiento y el propio Miguel de Cervantes para que este pudiera efectuar la requisa de trigo y cebada como comisario de la Hacienda Real.
Miguel de Cervantes comisario (Detalle)
Ese primer documento, según el investigador, es de marzo de 1593, fecha en que, sin embargo, los biógrafos de Cervantes lo ubican en la ciudad de Sevilla sin ejercer ninguna actividad. El manuscrito menciona igualmente que Cervantes trabaja para el proveedor de la Flota de Indias Cristóbal de Barros y Peralta, nombre que tampoco figura en las biografías del escritor.

Un poder notarial a una mujer de confianza

Al mencionar el manuscrito la Flota de Indias, Cabello recurrió al Archivo de Indias de Sevilla, donde ha hallado otros dos documentos que tampoco habían sido estudiados, uno que sitúa a Cervantes en la Puebla de Cazalla entre febrero y abril de 1593 como comisario de abastos y otro que deja constancia de que el salario de Cervantes era entregado a una mujer llamada Magdalena Enríquez.
Por último, Cabello ha encontrado en el Archivo de Protocolos de Sevilla el poder notarial por el que Cervantes, en efecto, facultaba a Magdalena Enríquez para cobrar sus honorarios como comisario de Abastos, que es el documento que lleva la firma del escritor.
Para mi, este último es el hallazgo de más valor desde el punto de vista biográfico, ya que ha asegurado que los biógrafos de Cervantes no citan a Magdalena Enríquez, quien debió de tener una relación de confianza con el escritor, hasta el punto de que la autorizara para cobrar su salario. 
En aquella época las mujeres no estaban autorizadas para realizar transacciones sin el consentimiento de un hombre, a no ser que fuesen viudas, por lo que se considera a Magdalena Enríquez una figura digna de estudio para aclarar su relación con Cervantes.

Servicios a la Corona

Otra línea de investigación que deben abrir estos hallazgos es sobre los servicios prestados por Cervantes a la Corona, ya que hasta ahora no había constancia de su trabajo a las órdenes de Cristóbal de Barros y Peralta.
Cristóbal de Barros y Peralta, era por aquel entonces proveedor general en la Casa de Contratación de Sevilla para los galeones de la Armada y Flotas de la Carrera de las Indias, es considerado como el mejor constructor de navíos de guerra del reinado de Felipe II y artífice de la organización técnica de la escuadra española vencedora en Lepanto y de la Armada Invencible.
Barros ostentó también el cargo de Superintendente de Fábricas, Montes y Plantíos de la Costa Cantábrica y tras ser nombrado fabricante mayor, pasó a Sevilla en el año 1592 como proveedor general de la Flota de Escolta de las Indias, y permaneció en la ciudad hasta su muerte en 1596.
En la ciudad de Carmona,  se conserva otro autógrafo de Cervantes hallado hace un siglo.
Cervantes llegó a Sevilla cuando la ciudad era capital económica de un imperio y una de las ciudades más importantes y pobladas de Europa, además de puerto de Indias, si bien sus gentes vivían en penosas condiciones, como el escritor describe en algunas de sus novelas, y fue también en la cárcel de Sevilla donde cumplió condena por irregularidades en sus tareas recaudatorias; se cree que fue en esta cárcel Sevillana, donde empezó a gestarse la novela que lo catapultó a la fama, El Quijote.

Dos notables Figuras aparecen en la vida de Cervantes
Las figuras de Cristóbal de Barros y Peralta y de Magdalena Enríquez aparecen relacionadas a la vida del escritor, pero son muy pocos datos los que tenemos, sobre todo acerca de Magdalena y su relación con Cervantes.
Cristobal de Barros y Peralta proveedor general en la Casa de Contratación de Sevilla para los galeones de la Armada y Flotas de la Carrera de las Indias, es considerado como el mejor constructor de navíos de guerra del reinado de Felipe II y artífice de la organización técnica de la escuadra española vencedora en Lepanto y de la Armada Invencible.
Magdalena Enríquez. De profesión bizcochera y  natural de Sevilla, estaba autorizada para cobrar los honorarios como comisario de Abastos.  Debía de ser viuda, porque de otra forma no podrían haber hecho un poder a su nombre, y tener algún tipo de relación con Cervantes cuando él le permitió cobrar su salario, ya que tenía que partir para una nueva encomienda y no podía esperar al cobro.
Hasta el momento sólo se sabía de la existencia de tres mujeres importantes en su vida: Ana Franca de Rojas, de profesión tabernera, con la que tuvo una hija natural llamada Isabel de Saavedra; Catalina de Salazar y Palacios, con quien se casó en 1584, y Jerónima Alarcón, una sevillana de quien Cervantes figura como fiador y pagador de unas casas en 1589.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Misterios en torno a la figura de Cervantes I

Tras los restos de Cervantes en las Trinitarias
Un georradar ha comenzado a buscar los restos de Miguel de Cervantes Saavedra en el convento de las Trinitarias, cuando se cumplen 398 años del enterramiento del escritor. Es la primera vez que se trata de localizar la tumba del autor de "El Quijote" fallecido en 1616, a pesar de que un estudio de la Real Academia Española documentó que sus restos nunca salieron de las Trinitarias.
En este convento situado en pleno barrio de Las Letras se cree que fue enterrado Cervantes en cumplimiento de su expreso deseo.
Con ayuda de un georradar y un infrarrojos -que calcula los cambios de temperatura- el equipo de investigadores tomará previsiblemente durante tres días muestras del suelo, las paredes de la iglesia y una cripta a la que nadie accede desde 1955.

La investigación, está dividida en tres fases, si bien para la primera fase solamente hará falta procesar toda la información, obteniendo una imagen tridimensional completa de todo el edificio», que facilitará al Ayuntamiento y al forense para que éste, en el caso de que sea viable, dirija una excavación «selectiva y cuidadosa» que permita recuperar los restos de Cervantes.
Si la primera fase arroja un resultado positivo, se pasaría a la segunda parte, la de la extracción de los restos.
Una vez recogidas las muestras, se iniciaría la última fase, la del laboratorio, consistente en analizar los restos, que esperan identificar gracias a caracterizaciones antropológicas como las lesiones que el escritor sufrió en la Batalla de Lepanto de 1571  -dos arcabuzazos en el pecho y uno en la mano izquierda-.
Tras culminar el trabajo del georradar, que duró sobre el terreno una semana y el análisis de los datos obtenidos, cuatro semanas más, comienza ahora la fase más delicada. La nueva etapa va a consistir en la instalación de un equipo de diez forenses y arqueólogos que se va a dedicar durante al menos una semana, a abrir la treintena de nichos que contiene la cripta y a examinar su estado y composición. Luego, se iniciará otra fase de laboratorio, consistente en seleccionar aquellos fragmentos de huesos que contengan los elementos identificatorios más relevantes de los hallados en los nichos.
El equipo de investigadores forenses deberá determinar si entre los rasgos que singularizan esos materiales óseos hallados en las oquedades descritas existen concomitancias con los presumibles efectos del plomo arcabucero que dañó el esternón de Cervantes en la batalla de Lepanto en 1571, o bien indicios de la atrofia que caracterizó la mano izquierda del genial novelista.



Se considera menos probable que los huesos de la muñeca, por su constitución más frágil, se conserven aunque no se descarta que lo hagan los del esternón, de mayor consistencia ósea y tamaño. Si los huesos hallados, que son de origen calizo, conservan un espesor determinado pueden permitir un análisis completo de alta fiabilidad. En un principio se pensaba que la determinación de la identificación de los huesos encontrados, en el caso de que reúnan las particularidades descritas atribuidas a Cervantes, no podrían contar con el cotejo de ADN, procedimiento usualmente empleado en tales casos. Ahora, el equipo investigador pondera la posibilidad de cotejar el material óseo hallado con los restos mortales de Luisa de Belén Cervantes Saavedra, hermana de sangre de Cervantes, enterrada en un céntrico convento de clausura de Alcalá de Henares. Tampoco se descarta la posibilidad de que puedan servir para el cotejo los restos óseos existentes en un panteón funerario de la catedral de Lugo, perteneciente al linaje nobiliario de los Saavedra —apellido presumiblemente originario de Miguel de Cervantes que algunos estudiosos creen que sus antecesores habrían cambiado por razones políticas tras su persecución por los Reyes Católicos—. Los miembros del equipo investigador no desean quemar etapas y prefieren atenerse a criterios científicos reiteradamente probados, que garanticen, por su prudencia, un ajuste de la información al curso, evidentemente, delicado y lento de la investigación.

Es preciso destacar que la exhaustividad del análisis de las oquedades y de los accesos a estos agujeros subterráneos detectados por el radar geológico va a permitir obtener un aluvión de datos morfológicos, geológicos, arqueológicos y forenses sobre el contorno histórico en el que se desarrolló la muerte y sepultura de Cervantes. Ello ha sido posible, gracias a la naturaleza del suelo en esa zona de Madrid que está situada en las inmediaciones de la zona más alta de la inclinada calle de Atocha que en el siglo XVII era la principal arteria capitalina de Madrid. “Hemos encontrado menos humedad de la esperada, pese a haber sido el año pasado y lo que va de este años muy húmedos”, explicaba recientemente y con satisfacción el investigador Avial, que remarca que “son las humedades subterráneas los principales causantes de la erosión de los materiales existentes en el subsuelo, incluyendo la de los propios huesos de difuntos”.